Conjunto arqueológico Baelo Claudia

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Vista general de la basílica. Al fondo la estatua de Trajano

Nueva colaboración en el blog de la mano de José Antonio Moya Vargas, esperamos que os guste su visita al Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, que visitó el pasado mes de Marzo.

Precio:  Unión Europea: entrada gratuita, acreditando nacionalidad. Otros países: 1,50 euros.

La presencia romana en la Península Ibérica marcó uno de los periodos más florecientes de la historia de nuestro país. Ciudades como Emérita Augusta (la actual Mérida); la célebre Itálica, cuna de los emperadores Trajano y Adriano (y que se encuentra a escasos kilómetros de la ciudad de Sevilla) o la marítima Baelo Claudia (en la provincia de Cádiz), rivalizaron en esplendor y magnificencia con las grandes ciudades del resto del Imperio. Es precisamente esta última la que visitaremos en esta ocasión.

Enclavada a escasos kilómetros al noroeste de la actual ciudad de Tarifa, en la provincia de Cádiz, Baelo Claudia se fundó a finales del siglo II antes de nuestra era sobre un asentamiento anterior fenicio-púnico y está situada estratégicamente con el fin de servir de enlace entre la península y el norte de África, también bajo el poder romano. Era un significativo centro pesquero en el que se desarrolló una importante industria de salazón de pescado así como de la elaboración del “garum” una salsa de pescado muy apreciada sobre todo en la ciudad de Roma adonde se exportaba en grandes cantidades.

La ciudad vivió su época de mayor esplendor entre los siglos I a.C. y el siglo II d.C. en el que empezó su decadencia a raíz de que un fatídico maremoto arrasara gran parte de la urbe, unido a crisis internas del imperio así como a la invasión periódica de hordas de piratas lo que propició su abandono en el siglo VII a.C.

La visita al emplazamiento comienza en el centro de interpretación de Baelo Claudia, donde se puede ir abriendo boca y conocer de primera mano la historia del lugar para posteriormente adentrarnos con una idea general de lo que vamos a encontrar en nuestra visita.

Una vez accedemos al conjunto nos encontramos ante una espectacular ciudad romana que cuenta con todos los elementos indispensables para la comodidad y recreo de sus antiguos habitantes. Así podemos observar el clásico trazado romano en damero y del que sobresalen dos calles principales que se cruzan, el “decumanus maximus” de Este a Oeste, y el “cardo maximus” de Norte a Sur.

** Fotos de Cámara personal de Jose Antonio Moya

Vista del “decumanus maximus”, al fondo una de las puertas de salida de la ciudad

En el cruce de estas dos calles se encuentra el foro, en forma de plaza abierta porticada y que reunía a su alrededor los principales edificios de la ciudad.

Vista general del foro

Entre estos edificios destacan:

  •  Basílica: cuya función principal era la de corte de justicia así como centro económico y comercial de la ciudad. Es quizás el edificio que más impresiona de todo el conjunto por sus bellas columnas aún en pie. Destaca la estatua del emperador Trajano que la preside y que mide más de tres metros de altura.
Vista general de la basílica. Al fondo la estatua de Trajano
  • Templos: un total de cuatro templos (dedicados a la Tríada Capitolina y a Isis) cierran el foro por el lado Norte. Destaca la impresionante escalera que aún se conserva y que daba acceso a los templos de la Tríada Capitolina, así como el templo de Isis que atestigua el culto a la antigua diosa egipcia en Hispania.
Escalera de acceso a los templos de la Tríada Capitolina
Vista del templo de Isis

En la parte baja de la ciudad y junto al mar encontramos el barrio industrial que estaba junto al puerto. En esta zona destacan varias factorías de salazón de pescado así como de elaboración del apreciado “garum”. Este tipo de “fábricas” son fácilmente reconocibles por la inmensas oquedades del suelo y que nos muestran cómo se elaboraban los productos que posteriormente viajarían al resto del Imperio para hacer las delicias de los nobles romanos.

Factoría de salazón de pescado

El recreo y el ocio era uno de los aspectos más importantes para los antiguos romanos, y su gusto por el teatro es claramente patente y así ha llegado hasta nuestros días. En Baelo Claudia no podía faltar un teatro para el esparcimiento de sus habitantes que se encuentra situado al oeste de la ciudad. Es el mayor edificio del enclave y tenía una capacidad para dos mil personas. En la actualidad aún se le sigue dando uso y se representan periódicamente obras teatrales.

 Otro de los edificios clave en una ciudad romana son las termas. En Baelo nos las encontramos en uno de los extremos de la ciudad muy cerca de las murallas en el “decumanus maximus”.

Termas de Baelo. Se puede apreciar el sistema que utilizaban para caldear las estancias

Y hasta aquí el recorrido, a grandes rasgos, por los vestigios de la antigua ciudad de Baelo Claudia.

 A la salida de la visita podemos dar un agradable paseo por la playa o bien comer en los chiringuitos que hay junto al emplazamiento y disfrutar así de un riquísimo “pescaíto frito” gaditano mientras observamos las ruinas de la antigua Baelo.

Vista de Baelo desde uno de los chiringuitos

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